Al día siguiente encontraron agua para lavarse y agua para beber, tanto la hija de la mujer como la del hombre. Y se celebró la boda.Ī la mañana siguiente, al levantarse las dos muchachas, la hija del hombre encontró preparada leche para lavarse y vino para beber, mientras que la otra no tenía sino agua para lavarse y para beber.

Subió éste al desván, y viendo que su hija había dicho la verdad, se dirigió a casa de la viuda para pedirla en matrimonio. La niña fue a contar a su padre lo ocurrido. Si retiene el agua, me casaré con la mujer pero si el agua se sale, no me casaré.Ĭumplió la muchacha lo que le había mandado su padre pero el agua hinchó el cuero y cerró el agujero, y la bota quedó llena hasta el borde. Llévalo al desván, cuélgalo del clavo grande y échale agua dentro. Coge este zapato, que tiene un agujero en la suela.

¿Qué debo hacer? El matrimonio es un gozo, pero también un tormento.Īl fin, no sabiendo qué partido tomar, quitose un zapato y dijo: Entonces, tú te lavarías todas las mañanas con leche y beberías vino en cambio, mi hija se lavaría con agua, y agua solamente bebería.ĭe vuelta a su casa, la niña repitió a su padre lo que le había dicho la mujer. Di a tu padre que me gustaría casarme con él. Las muchachas se conocían y salían de paseo juntas de vuelta solían pasar un rato en casa de la mujer. El hombre tenía una hija, y la mujer, otra. Éranse un hombre que había perdido a su mujer, y una mujer a quien se le había muerto el marido.

Quien es la persona con quien me casare